Eugenio Amézquita Velasco
Ha fallecido el Padre Rogelio Segundo Escobedo. Son las últimas horas del domingo 13 de septiembre de 2020 y recibo la llamada de Doña Alicia Mandujano Cárdenas. Me imaginaba el motivo de la llamada y su voz un poco entrecortada me confirma lo que me imaginé: El padre Rogelio ya descansa en paz desde hacía una hora. Tenía en mi celular dos llamadas que ya me había hecho ella y por tener descargado el teléfono no las pude ver.
Luego, Fray Paco Amézquita OFM me confirma el hecho. Ya no había duda.
Días antes, Violeta, una de las colaboradoras cercanas del Padre Rogelio había comentado a dos amigas mías -Angélica Fuentes y Laura Casillas- que el Padre Roge había sido internado en un hospital cercano al Templo de Tierras Negras. No se trataba de Covid sino de cansancio, el cuerpo ya no quiso reaccionar.
No podía creer que se hubiera cansado. Hacía como dos años, mis ojos dieron testimonio de cómo el Padre Rogelio subió una cerca como de dos metros de altura para pasar al otro lado de la misma en un rancho de Comonfort y tranquilamente bajaba de ella. Estaba fuerte como un toro. Pero el trabajo constante y excesivo hicieron lo suyo en aquel cuerpo de 84 años de edad.
Me duele en el alma este acontecimiento. Me duele mucho. Es la ausencia del Padre Roge la que me duele, porque en mi fe sé que el Padre Roge sigue con nosotros y ahora intercede ante Dios por Celaya y sus amados hijos de Tierras Negras y queda su persona plasmada en las pinturas del artista Arturo Elías, que se encuentran en los muros de ese sitio el cual durante 40 años o más vieron el trabajo y servicio social y principalmente el trabajo espiritual por las personas.
Celaya no ha perdido a uno de sus sacerdotes: ha ganado un digno representante en el cielo.
El Centro Humanitario "Caminemos Juntos" A.C., presidido por él, creado por él e integrado por laicos, entre los que se cuenta la misma Doña Alicia Mandujano son la prueba viviente de su trabajo. Sus bandas de viento, sus danzantes, mecenas de artistas, sus artesanos, su promoción al Barrio de sus amores: Tierras Negras
No olvido como hace unos años, en una tarde de esas aparentemente sin qué hacer, dialogó conmigo en el obispado de Celaya, preocupado por la falta de respuesta de las autoridades estatales ante peticiones de crédito para apoyo de mujeres de Celaya y Comonfort. Me dijo que estaba convencido que la prensa era la forma de lograr convencer a las autoridades. Y tenía razón.
Unas palabras, unos movimientos y SDAyR comprendió -sin necesidad de hacer uso de ese sutil convencimiento que los periodistas tenemos cuando redactamos- que la labor del Padre Rogelio no podía esperar y las puertas se abrieron. Así comenzó mi integración a sus caminatas, a sus aventuras en el servicio y la caridad, como auxiliar o colaborador. Ví y viví de cerca la caridad y la misericordia que tenía para con la gente. Errores humanos todos los tenemos, pero estos se minimizaron en el padre Roge al ser rebasados por la gran cantidad de obras de caridad. Yo soy testigo de ello y soy prueba viviente de ello, como miles y miles pueden decir lo mismo que yo.
No dejé de pedirle sus bendiciones para mi familia y mi persona. Sentir en mi cabeza sus manos, bendiciéndome y la pequeña cruz que con su pulgar hizo muchas veces en mi frente, en la de mi esposa, así como en las de mis hijos y mis nietos. Esos son los regalos que me deja.
Cualquier cosa que escriba aquí no alcanza para hablar de este hombre de Dios y sentirme tan contento de haberlo acompañado con mi pluma, mi cámara, mis espacios digitales. Gracias, Padre Rogelio, por este regalo de su presencia y de sus bendiciones, de su caridad y misericordia. Por sus consejos, por su testimonio, por el regalo de su presencia y compañía, por su sonrisa y, reitero, por permitirme serle útil.
Me queda la gran alegría, la satisfacción de que cuando le pedí al Padre Roge si aceptaba ser parte del equipo de mi espacio digital GUANAJUATO DESCONOCIDO, no lo dudó y aceptó ser uno de los distinguidos asesores y colaboradores de este servicio. Su nombre está en el directorio de mi portal www.guanajuatodesconocido.com y ahí se va a quedar como un homenaje póstumo a su persona.
Luego, Fray Paco Amézquita OFM me confirma el hecho. Ya no había duda.
Días antes, Violeta, una de las colaboradoras cercanas del Padre Rogelio había comentado a dos amigas mías -Angélica Fuentes y Laura Casillas- que el Padre Roge había sido internado en un hospital cercano al Templo de Tierras Negras. No se trataba de Covid sino de cansancio, el cuerpo ya no quiso reaccionar.
No podía creer que se hubiera cansado. Hacía como dos años, mis ojos dieron testimonio de cómo el Padre Rogelio subió una cerca como de dos metros de altura para pasar al otro lado de la misma en un rancho de Comonfort y tranquilamente bajaba de ella. Estaba fuerte como un toro. Pero el trabajo constante y excesivo hicieron lo suyo en aquel cuerpo de 84 años de edad.
Me duele en el alma este acontecimiento. Me duele mucho. Es la ausencia del Padre Roge la que me duele, porque en mi fe sé que el Padre Roge sigue con nosotros y ahora intercede ante Dios por Celaya y sus amados hijos de Tierras Negras y queda su persona plasmada en las pinturas del artista Arturo Elías, que se encuentran en los muros de ese sitio el cual durante 40 años o más vieron el trabajo y servicio social y principalmente el trabajo espiritual por las personas.
Celaya no ha perdido a uno de sus sacerdotes: ha ganado un digno representante en el cielo.
El Centro Humanitario "Caminemos Juntos" A.C., presidido por él, creado por él e integrado por laicos, entre los que se cuenta la misma Doña Alicia Mandujano son la prueba viviente de su trabajo. Sus bandas de viento, sus danzantes, mecenas de artistas, sus artesanos, su promoción al Barrio de sus amores: Tierras Negras
No olvido como hace unos años, en una tarde de esas aparentemente sin qué hacer, dialogó conmigo en el obispado de Celaya, preocupado por la falta de respuesta de las autoridades estatales ante peticiones de crédito para apoyo de mujeres de Celaya y Comonfort. Me dijo que estaba convencido que la prensa era la forma de lograr convencer a las autoridades. Y tenía razón.
Unas palabras, unos movimientos y SDAyR comprendió -sin necesidad de hacer uso de ese sutil convencimiento que los periodistas tenemos cuando redactamos- que la labor del Padre Rogelio no podía esperar y las puertas se abrieron. Así comenzó mi integración a sus caminatas, a sus aventuras en el servicio y la caridad, como auxiliar o colaborador. Ví y viví de cerca la caridad y la misericordia que tenía para con la gente. Errores humanos todos los tenemos, pero estos se minimizaron en el padre Roge al ser rebasados por la gran cantidad de obras de caridad. Yo soy testigo de ello y soy prueba viviente de ello, como miles y miles pueden decir lo mismo que yo.
No dejé de pedirle sus bendiciones para mi familia y mi persona. Sentir en mi cabeza sus manos, bendiciéndome y la pequeña cruz que con su pulgar hizo muchas veces en mi frente, en la de mi esposa, así como en las de mis hijos y mis nietos. Esos son los regalos que me deja.
Cualquier cosa que escriba aquí no alcanza para hablar de este hombre de Dios y sentirme tan contento de haberlo acompañado con mi pluma, mi cámara, mis espacios digitales. Gracias, Padre Rogelio, por este regalo de su presencia y de sus bendiciones, de su caridad y misericordia. Por sus consejos, por su testimonio, por el regalo de su presencia y compañía, por su sonrisa y, reitero, por permitirme serle útil.
Me queda la gran alegría, la satisfacción de que cuando le pedí al Padre Roge si aceptaba ser parte del equipo de mi espacio digital GUANAJUATO DESCONOCIDO, no lo dudó y aceptó ser uno de los distinguidos asesores y colaboradores de este servicio. Su nombre está en el directorio de mi portal www.guanajuatodesconocido.com y ahí se va a quedar como un homenaje póstumo a su persona.
En alguna ocasión, un buen amigo mío, quien de manera constante recibe mi información vía Whatsapp y veía las obras del Padre Rogelio exclamó: El Padre Roge es de esas personas que jamás deben de acabarse, que nunca deben dejar de existir.
Su cuerpo regresará a la "hermana nuestra madre tierra", pero sus obras perdurarán, porque habemos miles que seguiremos manteniendo viva su memoria, viviendo las enseñanzas que nos dejó como Padre y Pastor.
Y le doy gracias a Dios por haberme permitido dejar plasmados en video y en fotografía la voz, la imagen, la sonrisa, el trabajo y los ojos de este santo varón del cual no me queda la duda personal de que está junto a Dios.
Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme, dice el Señor.
Ese bendito, es el Padre Rogelio. Gracias, Señor, porque lo creaste.
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