León, Gto., a 06 de marzo de 2021. En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Instituto Estatal de la Cultura y la Biblioteca Central Estatal de Guanajuato rinden homenaje a esas mujeres que son ejemplo de inteligencia y fortaleza, lo que se ve reflejado en la capacidad de asumir las responsabilidades, obligaciones y actividades que se proponen, nos referimos a las bibliotecarias.
Esas mujeres que son capaces de asumir cualquier rol porque son capaces de pensar, discernir y decidir sobre circunstancias de importancia y trascendencia en su entorno laboral.
El maravilloso mundo del sistema Braille
Verónica Osorio llegó a la Biblioteca Central desde que ésta estaba en su etapa de planeación, recorrió varias salas antes de llegar a la Sala Braille que se ha convertido en su espacio preferido a pesar de que no estaba familiarizada con la atención apersonas con discapacidad visual: “Cuando llegué a la sala no tenía conocimiento del sistema Braille, fui aprendiendo sobre la marcha, los usuarios me apoyaron mucho, ocupaba los pocos ratos en que no estaba atendiendo a la gente para practicar la escritura y la lectura en Braille hasta que las dominé”.
“En esta sala he vivido experiencias muy significativas, una de ellas que me llena de satisfacción es la que viví con un niño invidente al que enseñé a leer y escribir, él estaba en segundo de primaria y su mamá llegó desesperada porque su hijo no aprendía, estaba en una escuela regular y la maestra no podía ponerle mucha atención. Parece sencillo pero el hecho de que yo haya hecho que el niño escribiera y leyera en Braille me llenaba de felicidad, cada que leía una palabra yo brincaba de felicidad”.
“Me siento muy bendecida por este trabajo, estoy en un lugar donde nunca imaginé, estar en un espacio como este y haber recorridos diferentes áreas me hace sentir fuerte que si hoy necesitan que yo apoye en otra sala no tengo ningún problema porque conozco y me adapto fácilmente.”.
Entre libros y el cine
Rosario Calvillo es de las pioneras en la biblioteca, desde hace cinco años está encargada de la Sala Audiovisual, su gusto por el cine la llevó a este espacio donde se siente como pez en el agua: “Cuando llegué a esta sala me di cuenta que había usuarios recurrentes que no sabían seleccionar material o no había quien les recomendara alguno, entonces me empapé del material de la sala pero también externo para poder hacerles recomendaciones más precisas”.
“No fue fácil, me topé con todo tipo de usuarios, hubo uno en especial que mi primer contacto con él fue muy ríspido y ahora es uno de los más constantes, le he prestado películas y el a mí y eso es muy padre”.
“Para mi este trabajo es el ideal porque aparte del cine me encanta estar entre libros, leyendo, consultando, recomendando, encontrar otros autores , encontrar conexión con gente que quizá en otras circunstancias no conocería”.
Una vida entre libros
Esther Zúñiga creció entre libros, su papá tenía una imprenta y le gustaba ver el trabajo que realizaba, ya un poco más grande visitaba la biblioteca pública para leer cuentos y desde entonces quedó atrapada en los libros: “Legué a la biblioteca hace diez años y ha sido una experiencia muy enriquecedora estar en contacto con los libros, la información, he tenido la oportunidad de estar en diferentes áreas y así conocer las diferentes colecciones”.
“Conocer los materiales es importante porque te permite apoyar mejor al usuario, la labor del bibliotecario es muy noble porque compartes conocimiento, lecturas. Ese tipo de experiencias son muy significativas para mí, descubrir un autor y luego poder compartir sus historias con otros”.
“Estar en espacio como es la Biblioteca Central es un privilegio porque tenemos la oportunidad de aprender todos los días algo y compartirlo que eso es la mayor satisfacción”.
De usuaria a bibliotecaria.
“Yo venía frecuentemente a la biblioteca a consultar libros, venía a Sala General y a la Sala de Publicaciones Periódicas y en algunas ocasiones traía a mis sobrinos a la Sala Infantil, me encantaba este espacio” .Esta es la historia de Lidia López quien pasó de ser usuaria de la biblioteca a formar parte del equipo de bibliotecarios. Actualmente apoya en la Sala de internet.
“Cuando entré a trabajar a la biblioteca me asignaron a la Sala Infantil, ahí duré cuatro años. Fue una experiencia muy enriquecedora el fomentar la lectura en los niños. Y en sala de internet, aunque es un público muy diferente, me gusta poder apoyar a los usuarios, a los jóvenes a preparar alguna clase a los adultos ayudarlos en algunas búsquedas”.
“Somos como guías para las personas que vienen, me gusta atender a los grupos escolares, porque verlos irse contentos, sorprendidos de lo que aprendieron me llena de satisfacción, en algunas ocasiones los niños hasta me abrazan cuando se despiden y eso me hace muy feliz”.
Un regalo de Dios
Yolanda Morales trabaja en la Biblioteca Central desde su etapa inicial en el 2005 y considera que llegar ahí fue un regalo de Dios: “Yo estaba pasando por una situación personal muy complicada y le pedía a Dios un trabajo que no importara que estuviera lejos de mi casa en Guanajuato, por eso no dudé en concursar una de las plazas y gracias a Dios me quedé”.
“Llegué a Sala General pero me gusta que continuamente nos cambian de salas, porque precisamente el objetivo es conocer cada una de las áreas, sus funciones y actividades para poder cubrir los espacios cuando así se requiera. Ya he estado también en Sala de internet, Sala Audiovisual, en el taller de reparación de libros y ahorita en el área de circulación, me gusta mucho porque también es servicio a los usuarios”.
“Estoy feliz aquí porque es una labor muy noble que contribuye a la educación y a la formación de las personas que de alguna manera interactúan con nosotros”.
El teatro y los libros
Andrea León tiene formación en teatro y gestión cultural pero al descubrir la convocatoria para formar parte de la Biblioteca Central no lo dudó ni un momento: “La pasión por la lectura es algo que te acompaña desde la infancia, es muy grato cuando te redescubres en la lectura, con los libros, y tus geografías de recuerdos lectores”.
“El teatro es para mí la lectura en voz alta, el teatro me apasiona y una de las experiencias más significativa es la actividad de “Radiodrama” también debo mencionar lo infantil en lo cual he crecido muchísimo y es una satisfacción muy grande”.
“Después de estar casi 16 años en la biblioteca es muy grato haber visto niños que asistieron a “Mis vacaciones en la biblioteca” y después ver a esos chavitos que ya tienen 15 a 17 años que ya están en preparatoria y que quieren hacer el servicio social contigo porque dejaste algún rastro en ellos con las actividades”.
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