Guanajuato, Gto., a 23 de marzo de 2022.- Como parte de las actividades conmemorativas por el cuarto aniversario del Museo Conde Rul, la Dirección de Museos del Instituto Estatal de la Cultura ofreció una charla sobre la historia del edificio a cargo de Dolores Gasca; a ello se sumó una intervención dancística que dirigió Paloma Monzón.
Con Maestría en Restauración de Sitios y Monumentos, Dolores Gasca inició su ponencia al destacar la emblemática fachada de la antigua casona, la cual es considerada un palacio de estilo neoclásico, arte que fue desarrollado por los griegos. Se levantó por iniciativa de don Diego Rul, cuyo fue proyecto le asignó al arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras.
Nacido en Celaya, Tresguerras tuvo una fructífera trayectoria dedicada a construcciones y monumentos, en Celaya algunas de sus obras fueron el Templo del Carmen, así como el Puente del Río Laya. Hoy en día sus obras se encuentran en Querétaro, San Luis Potosí, y en Guanajuato capital es notable su trabajo en la Basílica cuya intervención por ende, fue de estilo neoclásico.
De su dueño, Diego de Rul se sabe que fue vizconde de Tetillas y se casó con doña María Ignacia Obregón de la Barrera y Torrescano. Su principal labor fue el negocio de la minería. Según el escritor y pintor Manuel Leal murió en Cuautla.
Posteriormente, la casa fue vendida a la familia Otero, por lo que por un tiempo fue identificada la residencia por el apellido. Luego de pertenecer a adinerados, el recinto paso a ser casa de gobernantes, Tribunal Colegiado y hace 4 años, el 23 de marzo de 2018, fue inaugurado como Museo Conde Rul.
La conferencista recordó uno de los momentos cumbres, que fue el 23 de marzo de 2012, cuando el recinto recibió la visita del papa Benedicto XVI, quien desde el balcón principal se dirigió a una inmensidad de personas que se encontraban en lo ancho y larga de la Plaza de la Paz para escuchar su mensaje.
Además de hechos históricos, también detalló algunos elementos de su arquitectura, su patio con columnas toscanas y jónicas; su capilla doméstica que tiene una rica variedad de símbolos pintados como un cáliz al centro, cruces, rosas y anclas. En la escalera, en el descanso, se observan detalles tallados de uvas y fruteros donde se pueden ver granadas, naranjas, duraznos, peras, ciruelas, melones, sandías y piñas.
También mostró algunas imágenes de otros espacios como el patio de servicio donde se encuentra el pozo, pues la mayoría de las casas antiguas de la plaza tienen aljibe para tener agua durante todo el año; también se observa algunas partes de la casa donde dormían los trabajadores.
Después de la ponencia, se realizó una intervención inspirada en el espacio público, más relacionado al arte contemporáneo que a la danza, en la quese usó elementos para que el público se integre al espacio. “Aquí lo importante no son los bailarines o los ejecutantes, sino la casa, al espacio en sí mismo. Se llama un recorrido en movimiento porque van a notar en el audio la voz de los guías que narran su historia, nosotros (los bailarines), los invitamos al movimiento, a que se acerquen”, platicó Monzón.
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