Artillería decomisada a tropas villistas tras Batalla de Celaya. El botín de guerra fue: 31 cañones, 5000 armas, 100 caballos, 6000 prisioneros / FOTO: Cortesía Fototeca INAH |
Eugenio Amézquita Velasco
El documento denominado Parte Oficial de la Batalla en CELAYA, por los días 6 y 7 de abril de 1915, es una copia emitida por el General Brigadier del Ejército Nacional, subjefe del Departamento de Estado Mayor de la Secretaría de Guerra y Marina para la Secretaría de Gobierno del estado de Guanajuato y que es el parte de guerra enviado por el General del Ejército de Operaciones de las Batallas de CELAYA, Álvaro Obregón Salido, a su superioridad. El citado parte consta de 4 páginas y el total, de 13 páginas contiene también las siguientes operaciones de estas batallas en la zona. Nuestro agradecimiento al Historiador Lic. Rafael Soldara Luna, director del Museo de CELAYA, Historia Regional por los valiosísimos aportes documentales y gráficos proporcionados.
Se citan escenas interesantes y personajes que en su momento podrían pasar desapercibidos pero que posteriormente figuran em la historia de la Revolución Mexicana. Entre estos, el "Niño corneta", Jesús Martínez, de 10 años de edad, y el entonces Mayor Abelardo Rodríguez, quien resultó herido en la Batalla de CELAYA del día 7 de abril de 1915 y que en los años 30´s del siglo XX sería Presidente de la República, al igual que lo fue el mismo Gral. Álvaro Obregón.
General Fortunato Maycotte, quien combatió en las Batallas de Celaya. Llegó a ser Gobernador de Durango. Murió fusilado en Pochutla, Oax. |
*El documento contiene el siguiente texto*
"Tengo el honor de informar a usted que, en cumplimiento de sus superiores órdenes la noche del día 10 de marzo del año actual, el Ejército de Operaciones, que me honro en comandar, hizo su salida de la ciudad de México para emprender la campaña contra los reaccionarios en el Centro y Norte de la República, habiendo llegado a la Ciudad de Tula, estado de Hidalgo, la noche del día siguiente, lugar donde quedó establecido el Cuartel General, para hacer allí la reconcentración de todas las fuerzas e impedimentas, teniendo a la vanguardia los batallones 1/o., y 21/o., de Sonora, comandados, respectivamente, por los CC. Coronel Eugenio Martínez y Teniente Coronel J. Manuel Sobarzo, y la Brigada de Caballería del C. General Fortunato Maycotte cuyas fuerzas, con anterioridad habían consolidado la posesión del territorio hasta San Juan del Río Qro., tras de reñidos combates con el enemigo, en Huichapan y en el kilómetro 169, que libraron los dos batallones citados, con la cooperación de las fuerzas del C. General Gonzalo Novoa, que guarnecían la ciudad de Tula".
"La reconcentración terminó de hacerse el día 22 del mismo mes, en cuya fecha el Cuartel general se transladó a estación Cazadero, 82 kilómetros al Norte de Tula, adonde ya habían sido movilizadas las infanterías y la artillería. De ese punto se emprendió la marcha el día 25, a San Juan del Río, llegando a esta última población el mismo día y allí se hizo la concentración final de las fuerzas, emprendiendo el avance sobre Querétaro el día 30".
Estación Guaje, hoy estación de Villagrán. No opera ya como espacio ferroviario sino como un Museo atendido por el municipio. / FOTO: Eugenio Amézquita Velasco |
"Tras de algunos tiroteos con el enemigo, que fue obligado a retroceder, la ciudad de Querétaro fue ocupada por nuestras fuerzas el día 31, permaneciendo allí hasta el día 3 de abril, fecha en que continuamos la marcha al norte, llegando a CELAYA el día 4, después de derrotar al enemigo en un ligero combate sostenido en APASEO. De CELAYA avanzó nuestra vanguardia, al mando del C. General Fortunato Maycotte, hasta estación GUAJE, a 18 kilómetros al norte, sobre la vía del Central. Al siguiente día -5 de abril- tuve conocimiento de que una columna enemiga, mandada por Francisco Villa, emprendía un avance al Sur de IRAPUATO, aproximándose a nuestra vanguardia inmediatamente procedí a hacer un reconocimiento topográfico de los contornos de CELAYA y ordené al C. General Cesáreo Castro, Jefe de la División de Caballería, para que, a su vez, lo hiciera con el General Maycotte, que si la columna enemiga era poderosa, no presentara combate y retrocediera hasta incorporarse a CELAYA, donde yo me encontraba con el grueso del Ejército, recomendándole, a la vez, que cada cuatro horas rindiera parte de novedades al Cuartel general".
Gral. Benjamín Guillermo Hill Pozos, quien combatió en las Batallas de Celaya. Llegó a ser Secretario de Guerra y Marina y Gobernador de Sonora |
"El día 6, a las 10:00 horas de la mañana, recibí un parte del General Castro, reproduciendo el que a el habíale rendido el General Maycotte, relativo a que tres poderosas columnas lo atacaban, y que su situación era muy comprometida. En seguida, ordené al C. General Benjamín G. Hill, Jefe de la 1/a. División del Noroeste, alistara un tren para embarcar 1,500 infantes, y al General Martín Triana, salir con sus fuerzas y los Regimientos de los Coroneles Juan Torres, Cirilo Elizalde y Vidal Silva, sobre la vía del ferrocarril, al GUAJE. Con el tren de infantería salí personalmente a las 12 m. para dar auxilio al General Maycotte, y darme cuenta aproximada del efectivo del enemigo. Habíamos caminado 10 kilómetros, cuando empezados a encontrar nuestras fuerzas de caballería de la vanguardia, batiéndose en retirada, casi envuelta por dos columnas enemigas, que cargaban por los flancos, informándome que el General Maycotte estaba sitiado en GUAJE; hice entonces avanzar más el tren, ordenando al maquinista que diera algunos pitazos, para denunciar nuestra presencia al enemigo que sitiaba al General Maycotte. El enemigo al darse cuenta de la llegada de nuestro tren, abandonó las posiciones que tenía, y se abalanzó sobre nosotros, permitiendo, así que las fuerzas sitiadas salieran por el flanco derecho y empezaran a batirse en retirada también, rumbo al campamento en CELAYA".
En la antigua Estación Guaje, hoy estación de Villagrán, se vivió el paso de los trenes con tropas villistas. / FOTO: Eugenio Amézquita Velasco |
"Ordené que nuestro tren retrocediera con igual velocidad que la que el enemigo traía, con el fin de que este continuara teniendo la esperanza de apoderarse de él, y de este modo, hacer más fácil la reconcentración de nuestras tropas a CELAYA, cosa que sólo logró a las 4 p.m. Entretanto, el General Hill, a quien habíale ordenado preparar toda la columna de infantería y artillería para protejernos, en caso necesario, al darse cuenta que de nos reconcentrábamos al campamento, ordenó a las infanterías el dispositivo de combate. Inmediatamente comuniqué órdenes al General Hill para que dispusiera la colocación de las infanterías en la forma siguiente: por el frente, desde la vía del ferrocarril hacia la izquierda, los batallones 8/o. 10/o. 4/o. 2/o. y 1/o. de Sonora; por la derecha, los batallones 9/o. 21/o. 17/o. 22/o. 20/o. y 15/o. de Sonora, lo que se efectuó desde luego, tomando posiciones en los bordes de las labores de cultivo que existen en ese rumbo. Al Coronel Kloss, jefe de la artillería, ordené que emplazara sus piezas, también al frente, un poco a la retaguardia de las posiciones de la infantería. Igualmente comuniqué órdenes al General Triana, para que con las fuerzas de su mando y los Regimientos de Caballería que comandan los C.C. Coroneles Torres, Silva y Elizalde, tomara también posición, lo que efectuó, colocando el 1/o. y 2/o., Regimientos de su Brigada y el 4/o. de la Brigada "Antunez", en las posiciones que ocupaba nuestra artillería; el 5/o., Regimiento a las órdenes del Coronel Elizalde, un poco a la izquierda de la fábrica "La Internacional", y el 1/o., de la Brigada "Antunez", comandado por el Coronel Torres a la derecha de las posiciones de la Infantería".
"Entretanto, el combate se había generalizado por todo el frente, haciéndose cada vez más reñido, especialmente en el arma de Artillería, pues la nuestra y la del enemigo, entablaban un duelo reñidísimo. El General Castro, ordené que reconcentraran las Caballerías de que podía disponer, dentro de la ciudad, y poner la caballada en descanso, en lugares convenientes, mientras que con los soldados, cubrir en nuestro flanco izquierdo de nuestra retaguardia, la parte del círculo de defensa que quedaba descubierta. También le ordené que enviara dos correos a comunicar órdenes a los Generales Alejo G. González y Alfredo Elizondo, para que se incorporaran inmediatamente con sus columnas de Caballería, con que ese mismo día habían ocupado ACÁMBARO; y otro correo, sobre la vía del ferrocarril que va a San Luis, para comunicar iguales órdenes al General Porfirio G. González, que marchaba en aquella dirección con una columna de 1,500 dragones. La infantería enemiga se posesionaba de los bordes que quedan al frente de los que ocuparon nuestros infantes, y la caballería villista cargaba impetuosamente sobre nuestras posiciones, estrellándose en cada uno de sus intentos. Así se prolongó la lucha, durante toda la tarde, siendo cada vez más desesperada; continuando también durante la noche el nutrido fuego de fusilería, ametralladoras y cañones, sin que lograra el enemigo desalojar de su puesto a uno solo de nuestros soldados. Cuando amaneció, podía verse el campo por donde el enemigo daba sus cargas, literalmente sembrado de cadáveres, y los caballos muertos constituían ya un obstáculo para continuar sus cargas; sin embargo, desde las 8 a.m., el enemigo, con nuevos bríos, emprendió una serie de cargas de caballería, sin dar tregua a nuestros soldados, que sin haber sido relevados continuaban inquebrantables en sus posiciones".
El General Porfirio González quien también participó en las Batallas de Celaya. Llegó a ser 2 veces gobernador de Nuevo León /FOTO: Cortesía INAH |
"La artillería enemiga, que se componía de doce cañones, seguía batiendo las posiciones de los nuestros con la misma energía del día anterior. La nuestra había tenido que reconcentrarse a la ciudad, para reparar algunos desperfectos sufridos por su continuo disparar. A las nueve de la mañana de ese mismo día (7), seguido de mi estado mayor, me transladé a la línea del fuego del frente, cuando el combate se hacía más desesperado, para darme cuenta exacta de la situación. Había llegado al lugar donde tenía su cuartel el General Manzo, en momentos en que este recibía parte de que los batallones 8/o., 9/o., 17/o., y 22/o., y parte del 21/o., empezaban a abandonar sus posiciones por habérseles agotado por completo el parque. El espectáculo era doloroso y desesperante; nuestros heroicos soldados exponían la suerte de la batalla y su propia vida, abandonando sus posiciones para ir en busca de cartuchos, agotados por el incesante fuego que habían tenido que contrarrestar durante toda la noche y esa mañana. Inmediatamente di órdenes a los miembros de mi estado mayor, para que, con toda actividad, se hiciera llegar parque del depósito de reserva, a la línea de fuego y se movilizaran el 15/o., batallón de Sonora que ocupaba nuestra derecha, bajo las órdenes de su comandante, C. Coronel Severiano Talamante y las fuerzas que comandaba el C. Coronel Cirilo Elizalde, para cubrir la línea abandonada".
Jesús Martínez, a los 10 años, "El Niño corneta" quien tocó diana en batalla. |
*Jesús Martínez, "El Niño corneta"*
"Pedí en seguida un trompeta, habiéndoseme proporcionado uno del 9/o., Batallón, Jesús Martínez, que sólo cuenta con 10 años de edad, único que pudo conseguirse en aquellos momentos, y, con él, me trasladé a las posiciones de defensa que, para aquellos momentos, habían quedado casi por completo abandonadas, y ordené al trompeta que tocara diana; este obedeció inmediatamente, desorientando con ello al enemigo que contuvo su avance y empezó a tomar precauciones, creyendo que aquella retirada obedecía a un plan estratégico, para hacerlos acercar a nuestra línea, la que conceptuaban quizá más fuerte. Mientras el niño continuaba tocando diana, recorría yo la línea distribuyendo los pocos soldados que quedaban quienes repelían con sus fuegos los del enemigo".
(Toque 3 de Diana: "Se usará para anunciar el buen éxito de una acción. Para manifestar regocijo al dar a conocer a un general, jefe u oficial, o en la imposición de condecoraciones o insignias a los miembros del Ejército o Fuerza Aérea mexicanos". Si buscamos el significado del término Tres de Diana, encontraremos que es: "Un toque Militar del Ejercito Mexicano que se utiliza tradicionalmente desde el periodo del Porfiriato para anunciar el buen éxito de una acción y manifestar regocijo por cualquier hecho meritorio". Por lo que es fácil deducir que 3 de Diana significa "Éxito")
"Hice avanzar una fracción del 17/o. batallón al mando del Teniente Coronel Fernando F. Félix y al Coronel Talamante, que en estos momentos se presentaba con el 15/o., batallón, y en media hora, nuestra línea quedó tan fuerte como lo había estado antes. Al mismo tiempo, llegaba el parque pedido, y los soldados llenaron de nuevo sus cananas y volvieron a ocupar sus posiciones llenos de entusiasmo y con el mismo inquebrantable ánimo que les caracteriza. Dispuse que el General Castro alistara todas sus caballerías, inclusive las de los Generales Alejo G. González y Alfredo Elizondo, que acababan de incorporarse, para efectuar un movimiento envolvente por ambos flancos; y cuando el General Castro recibió esta orden, ya él había determinado hacer avanzar sobre el flanco derecho del enemigo, las Brigadas de los Generales Fortunato Maycotte, Jesús S. Novoa y Alfredo Elizondo. Entonces ordené que la Caballería del General González hiciera el movimiento sobre el flanco izquierdo".
Abelardo L. Rodríguez, herido en las Batallas de Celaya el 7 de abril de 1915. Luego sería Presidente de México de 1932 a 1934. Fue el último presidente sujeto al Maximato de Plutarco Elías Calles. |
*Logra Obregón retirada de los villistas*
"Esos movimientos, efectuados con toda rapidez y energía, eran el comienzo de nuestra ofensiva contra las posiciones del enemigo, y desde la 1 p.m., en que empezaron a desarrollarse, nuestra caballería, con sus respectivos jefes al frente, cargaban sobre los villistas, con los bríos que siempre los han distinguido, lo cual hizo que el enemigo empezara a batirse desesperadamente en retirada; y si en esta vez logró salvar su artillería, fue debido al desconocimiento, por parte de nuestros jefes, del terreno en que hicieron la persecución, pues el valle que nuestras caballerías recorrieron, está cruzado, en distintas direcciones, por un sinúmero de canales y acequias de irrigación, que favorecieron a los traidores en su precipitada fuga. La persecución se prolongo hasta las 6 p.m., en una distancia de 16 kilómetros, de donde nuestras caballerías regresaron, por lo que la noche que cerraba ya, los impedía continuar sus movimientos. Las pérdidas sufridas por el enemigo, son de gran consideración, pues en el campo que ocupó, fueron contados más de 1,800, muertos; se les capturaron poco más de 500 prisioneros, gran número de armas, caballos y municiones, tanto de fusil como para cañones, y estimó que el número de heridos que sufrió, debe ser mayor de 3,000., pues en su retirada hacia el Norte, ocuparon con ellos cinco trenes".
"Entre los muertos del enemigo, se encuentra el llamado General Agustín Estrada. Por nuestra parte tenemos que lamentar la muerte de los Coroneles Alfredo Murillo, Jefe del 17/o., Batallón de Sonora, y Tomás Estrada, Jefe del 8/o., Batallón de Sonora y Mayores Arturo Gutiérrez y José Ángel Guerra, de la Brigada Regional de Coahuila, que comandaba el C. General Alejo G. González, y 27 oficiales y 526 de tropa; y heridos, los Coroneles Eugenio Martínez, Jefe del 1/er. batallón de Sonora y Paz V. Faz, de la Brigada Maycotte; mayores Roque Chávez, del 10/o. batallón; Dolores Cuarizapa, del 18/o., y Abelardo Rodríguez, del 4/o., y 20 oficiales y 340 de tropa, conforme al pormenor adjunto".
"Paréceme como inútil hacer especial mención de los Generales, jefes y oficiales que se distinguieron en esta batalla, pues todos, por igual, estuvieron a la altura de su deber, desplegando actividad, energía y valor, como han sabido hacerlo siempre. Permítome reiterarle, en mi nombre, y en el del valiente Ejército de Operaciones, que me honro en comandar, nuestras felicitaciones muy sinceras por el triunfo obtenido, protestándole las seguridades de mi respetuosa consideración y subordinación.- Constitución y Reformas.-CELAYA, GTO., a 10 de abril de 1915.- El General en Jefe, Álvaro Obregón".--------
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