Florencio Cabrera Coello
"Pan, uvas y queso, saben a beso". Dicho Popular
Vano resulta decir el significado de la Semana Santa, la conmemoración de hechos que cambiaron el mundo, un antes y un después de Cristo. En la antigüedad, la Pascua de los judíos era una fiesta campestre, pastoril, agrícola para pedir fecundidad a la tierra al final del invierno e inicio de la época de cultivo en que se sacrificaba un cordero como ofrenda a Adonái.
En la mitología griega, Ceres hija de Saturno y Ops, hermana de Juno, Vespa, Neptuno, Plutón y Júpiter, con nombre de donde deriva el término cereal, está rodeada de leyendas interesantes. A la diosa helénica se le atribuyó haber descubierto el trigo que sustituyó a las bellotas, ricas en taninos por lo que había que procesarlas para quitarles el sabor amargo y poder ser consumidas por el hombre.
En el antiguo “sacrum cereale” un sacerdote invoca a Ceres para asegurar la ayuda y protección divina en cada cosecha del grano.
En nuestra querida Alameda, entre varias y bellas estatuas de bronce obsequios del último emperador y rey de Prusia, Guillermo II, (Wilhelm II; Deutscher Kaiser) junto con las araucarias traídas de Puerto Montt Chile, donde hay descendientes de aquellos prusianos colonizadores de esa región al sur del largo y delgado país, fueron un regalo por el centenario de la odisea de 1810.
En el andador que va de la calle de Altamirano al quiosco está una dedicada a Ceres, una efigie de mujer mirando a la tierra fértil que lleva en los brazos un fajo de espigas de trigo. Hasta antes de la última Feria de la flor efectuada en nuestro parque con más tradición, en el pasillo que va de la calzada Guillermo Prieto a la pérgola central estaba otra estatua semejante a la que cito, con la diferencia que esta miraba al cielo.
Por ser asiduo a caminar en el lugar, me di cuenta que una camioneta que recogía las plantas al finalizar dicha feria, echó por tierra a la diosa griega. Poco tiempo después pregunté al jardinero. ¿Qué pasó con la estatua accidentada? ¿Dónde está? En la bodega de parques y jardines, respondió. El hecho es que han pasado 8 o más años y no aparece, solo queda la columna movida a otro andador desde que repararon el piso de los corredores, pilar vacío sin que nada sostenga. Vaya esta desviación en mis comentarios semanales en este diario en calidad de pregunta a la autoridad que corresponda.
En la Biblia cristiana, contando el primer milagro de Jesucristo en las bodas de Caná donde convirtió el agua en vino; la multiplicación del pan y de los peces y en la Ultima cena, contenidos en los evangelios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento por doquier hay pasajes donde el comer es centro de celebraciones. No es asunto cristiano ni pagano, es el hecho visto que alrededor de la mesa servida se tejen historias, falsas o verdaderas, pero es el mejor punto de reunión para abrir, además del estómago, una charla y exposición de ideas, comprensible, la alimentación ha sido siempre un aspecto crucial para la especie humana, de tal manera que el modo como obtenemos los alimentos de la naturaleza condiciona el cómo somos, como vivimos o como nos relacionamos con los demás. Mi mamá, estricta en la forma de comportarnos a la hora de la comida decía: “en la mesa se ve la educación de la gente”.
Por último, las siete cazuelas, una para cada día de la Semana Santa se condensaba la comida de cuaresma: lentejas, habas, nopales con pipián, gorditas de camarón seco, torrejas, pescado (en nuestra región bagre de Yuriria en caldo miche) y capirotada con pasas y queso, complementados con agua fresca de frutas. Tradición perdida en el tiempo.
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