Celebra la Iglesia Católica el 170 aniversario de la Promulgación del Dogma de la Inmaculada Concepción
La Inmaculada Concepción de María que se venera en la capilla del Seminario Mayor de Celaya. /FOTOS: Eugenio Amézquita Velasco |
Por Eugenio Amézquita Velasco
Se cumplirán 170 años de la promulgación del Dogma de la Inmaculada Concepción este 8 de diciembre de 2024, explicó el rector del Seminario Diocesano de la Inmaculada Concepción, Pbro. Gilberto Rico Gómez, en entrevista exclusiva a Metro News y Guanajuato Desconocido.
El sacerdote de la Diócesis de Celaya explicó los detalles del significado de este dogma así como lo que representa para la Iglesia Católica, recordándose cómo, previamente, Santa Ana y San Joaquín conciben a la Virgen María, la Madre de Dios, que por un misterio divino, no lleva en su ser la mancha del pecado original; y cómo María se convierte en el primer sagrario, al llevar en su vientre al Hijo de dios, concebido por el Espíritu Santo.
El rector de la máxima casa de estudios eclesiásticos de la diócesis, acompañó a Metro News a las capillas del Seminario Menor y Seminario Mayor, para mostrar las imágenes existentes de la Inmaculada Concepción, Patrona del Seminario y de Celaya, dando a conocer su historia.
Como detalle trascendental, el director espiritual del Seminario, Mons. Félix Yáñez Montoya, cumplió 70 años de ordenación y cómo la recepción del sacramento del orden también coincidió con el 70 aniversario de la coronación pontificia de la imagen de la Inmaculada Concepción de su tierra natal, Apaseo el Grande, en la celebración de los 100 años de la proclamación del Dogma, en 1954.
¿Qué es el Dogma de la Inmaculada Concepción?
La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.
El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.
"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles..." (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)
La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
-María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado.
Fundamento Bíblico
La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles. La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención -en el libro del Génesis, capítulo III, versículo 15- menciona a la Madre del Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre la serpiente y la Mujer.
Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas -capítulo I, versículo 28- el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de gracia" no hace justicia al texto griego original que es "kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no "prueba" la Inmaculada Concepción de María si lo sugiere.
Los Padres de la Iglesia
Los Padres se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cita en la Primera Carta de San Pablo a los Corintios; capítulo 15, versículo 22), pues ella desató el nudo causado por la primera Eva. Los autores cristianos:
-Justino (Dialogus cum Tryphone, 100),
-Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4),
-Tertuliano (De carne Christi, xvii),
-Julius Firm cus Maternus (De errore profan. relig xxvi),
-Cirilo de Jerusalem (Catecheses, xii, 29),
-Epifanio (Hæres., lxxviii, 18),
-Theodoto de Ancyra (Or. in S. Deip n. 11), and
-Sedulius (Carmen paschale, II, 28).
También se refieren a la Virgen Santísima como la absolutamente pura (San Agustín y otros). La iglesia Oriental ha llamado a María Santísima la "toda santa"
Los méritos de Cristo en María
María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado, necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos: María fue inmune de los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
María estuvo inmune de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espíritu Santo.
Los argumentos protestantes
Según algunos protestantes, la Inmaculada Concepción contradice la enseñanza bíblica: "todos han pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios" (Romanos 3:23).
Respuesta católica: Si fuéramos a tomar las palabras de San Pablo "todos han pecado" en un sentido literal absoluto, Jesús también quedaría incluido entre los pecadores. Sabemos que esto no es la intención de S. Pablo gracias a sus otras cartas en que menciona que Jesús no pecó (Hebreos 4:15; 1 Pedro 2:22).
La Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Romanos 3:23 sobre la realidad pecadora de la humanidad en general, la cual estaba encerrada en el pecado y lejos de Dios hasta la venida del Salvador. San Pablo enseña que Cristo nos libera del pecado y nos une a Dios (Cf. Efesios 2:5). María es la primera.
Según algunos hermanos separados, María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47).
Respuesta católica: Que María se declarara pecadora es falso. Que ella se declarara salvada por Dios es verdadero. En el evangelio de San Lucas -capítulo I, versículo 48- ella reconoce que fue salvada. ¿De qué? Del dominio del pecado, por gracia de Dios. Pero para eso no tuvo que llegar a pecar. Dios la salvó preservándola del pecado.
El dogma de la Inmaculada Concepción de María no niega que ella fue salvada por Jesús. En María las gracias de Cristo se aplicaron ya desde el momento de su concepción. El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido no presenta obstáculo pues las gracias de Jesús no tienen barreras de tiempo y se aplicaron anticipadamente en su Madre. Para Dios nada es imposible.
¿Cómo sabemos que La Virgen María fue concebida sin pecado? La fe católica reconoce que la fuente de la revelación Bíblica necesita ser interpretada a la luz de la Tradición recibida de los Apóstoles y según el desarrollo dogmático que, por el Espíritu Santo, ha ocurrido en la Iglesia.
Las apariciones en Lourdes
Uno de los más importantes cronistas de las apariciones de Lourdes y de aquellos hechos, el fallecido sacerdote y teólogo francés René Laurentin, cuenta que el 25 de marzo de 1858, Santa Bernadette se despertó en plena noche, embargada por esa alegría sobrenatural que la empujaba a ir hasta la gruta de Massabielle, a orillas del río Gave de Pau.
Este sentimiento había acompañado a Bernardita antes de cada una de las apariciones anteriores, pero la de ese día sería especial, porque la niña estaba decidida a que la "petito Damizelo" (pequeña Doncella, en el dialecto gascón de la época) le revelara su nombre.
Santa Bernadette llevaba tres semanas ensayando la pregunta “ceremoniosa como una reverencia”, según apunta el P. Laurentin, pero que se le complicaba enormemente recordar, debido a su mala memoria, afectada por una vida de sufrimientos físicos y de pobreza extrema:
“Señorita, ¿tendría usted la bondad de decirme quién es, por favor?”, le preguntó con valentía a la Virgen. Pero la frase no salió como esperaba. Santa Bernadette confundía las palabras. En ese momento, comenta el P. Laurentin, la “Señorita” sonrió: “¿Se estaba burlando, como decía el párroco? No... había tanta amabilidad y tanta bondad en su mirada”.
Explica el P. Laurentin que la niña siempre se refirió a la aparición de esta manera. La petito Damizelo, la “Señorita”, que siempre se presentó como una joven de la edad de Santa Bernadette, pequeña como ella, que a los 14 años alcanzaba —a duras penas— 1.40 metros de altura. Entre ellas había un “sentimiento de complicidad” propio de una amistad, algo que Bernardita defendió siempre con valentía durante los duros interrogatorios civiles y eclesiásticos.
La niña no iba a rendirse, lo repetiría las veces que fueran necesarias hasta lograrlo. Empezó la frase una vez más, y lo mismo. Esta vez la sonrisa de la “Señorita” se hizo aún más amplia. De hecho, escribe el P. Laurentin que la pequeña Doncella se echó a reír a carcajadas. Lo volvió a repetir y aún no lo consiguió.
No fue necesario que Bernardita atinara a expresarse bien. Al cuarto intento la “Señorita” dejó de reír, cambió el rosario a su brazo derecho, separó sus manos y las extendió con las palmas mirando hacia el suelo. “De aquel gesto sencillo emanaba majestad”, explica el cronista.
“Su silueta de niña adquirió grandeza. Su juventud, un peso de eternidad. Con un movimiento acompasado, juntó luego las manos a la altura del pecho, levantó los ojos al Cielo y dijo en gascón: 'Que soy era Immaculada Councepciou' (Yo soy la Inmaculada Concepción)”. #GuanajuatoDesconocido #MetroNewsMx