El DIF municipal obsequió un agua fresca y paletas de hielo al público
SALVATIERRA.-Como parte de las actividades programadas para Semana Santa, este viernes se colocó el tradicional altar en honor a la Virgen de Dolores en la Rinconada del Carmen.
Durante el evento, el DIF Municipal obsequió agua fresca y paletas de hielo a las y los asistentes.
El altar fue instalado en coordinación con las áreas de Eventos Especiales, la Dirección de Turismo y el DIF Municipal, que encabeza la presidenta María Teresa Cerda Rosas.
Se repartieron aguas de sabores como mango, fresa, piña, limón y jamaica, así como paletas de hielo, para refrescar a quienes se acercaban con devoción.
Decenas de familias y niños se congregaron en el lugar para tomarse fotografías, tocar el manto de la Virgen y llevarse un vaso de agua o una paleta.
Al respecto, la presidenta del DIF, María Teresa Cerda Rosas, expresó: “Es muy bonito ver cómo nuestras tradiciones siguen vivas y cómo las familias se reúnen para compartir estos momentos de fe y reflexión. Nuestro compromiso es seguir promoviendo estos espacios de unión y espiritualidad.”
Cabe mencionar que por parte del Archivo Histórico, a cargo del profesor Eduardo Flores García, también se colocó un altar a la Virgen y se regalaron paletas de hielo a las personas que por ahí transitaban.
Fieles a la tradición, este día las y los salvaterrenses recorren los diferentes altares dedicados a la Virgen de Dolores en hogares, establecimientos y espacios públicos, donde se acostumbra regalar agua, paletas o nieve en representación de las lágrimas que, según la fe católica, la Virgen María derramó al ver sufrir a su hijo.
En Detalle
Fue instalado el altar a la Virgen de los Dolores en la Rinconada de El Carmen, en Salvatierra.
DIF municipal obsequió agua fresca y paletas de hielo a Los visitantes al altar de La Virgen de Los Dolores.
Cientos de familias se acercaron a al mirar el altar de la Virgen de los Dolores y disfrutaron del agua fresca. /FOTOS: Cortesía
Historiador y coordinador del Museo de Celaya Historia Regional
La devoción a la Virgen de Dolores, tiene su origen en la ciudad de Florencia, en Italia durante el siglo XIII, en 1413 en la ciudad de Colonia, Alemania, decidieron dedicar el sexto viernes de cuaresma a la Virgen Dolorosa. Las órdenes mendicantes hablan de incipientes celebraciones al culto a la Virgen desde los primeros momentos de sus actividades misioneras.
El primer altar de la Nueva España, referente a la Virgen de los Dolores empezó a realizarse en México durante el siglo XVI en San Juan de Ulúa, Veracruz. En el siglo XVII se empezaron a colocar en templos e iglesias altares de dolores, a tal punto que se formó una tradición estrictamente familiar. Después salieron a calles, plazas y se convirtieron prácticamente en espectáculos. Sobre una mesa grande, o de regular tamaño, se colocaban tres o cuatro gradas forradas de papel de china morado y luego, cubiertas de manteles deshilados o manteles de papel de china picado.
La festividad fue establecida en el calendario litúrgico para reflexionar sobre los sufrimientos de la Madre de Cristo, en este día se conmemoran los siete dolores que vivió la Virgen María durante la pasión y muerte de su hijo Jesús. Los católicos viven este último viernes de Cuaresma con devoción religiosa y veneración profunda a la Virgen de Dolores. Hay que mencionar, además la importancia de José Eduardo Tresguerras hombre ilustre de nuestra ciudad, un referente para los Guanajuatenses y para todos los mexicanos que nos ha dejado esta tradición cultural y religiosa a la Virgen de los Dolores independientemente del credo que profesen los celayenses, está en nuestra memoria histórica esta bonita tradición. En pocas palabras nuestra cultura y tradiciones nos unen.
Nuestra ciudad de Celaya cuenta con una capilla de la Virgen Dolorosa o Mausoleo del arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras. El nombre de mausoleo se derivó sobre el hecho del fallecimiento del arquitecto Tresguerras quien fue víctima del cólera, el cual fue sepultado en esa capilla en 1833, cinco años después en 1838, fallece su esposa quien fue sepultada en este recinto. El lugar fue decorado por el arquitecto Eduardo Tresguerras a principios del siglo XIX, en 1817 concluye sus trabajos y prácticamente es abierta al público para la devoción de la Virgen de los Dolores quien hasta la fecha sigue ocupando el lugar principal de la capilla.
En su interior hay un programa iconográfico de carácter pasionario alusivo a la pasión de Jesucristo, siendo un espacio que permite resaltar las cualidades artísticas del arquitecto Tresguerras en diferentes sentidos como poeta, pintor, grabador y su connotación religioso como arquitecto y escultor.
La capilla cuenta con un devocionario que Tresguerras público en 1817 para su rezo y prácticas populares como parte de los recorridos de la Semana Santa. Desde el 2015 fue restaurada y entregada al municipio, se encuentra abierta una vez al año cada viernes de dolores para los celayenses y turistas que la desean conocer y se encuentra resguardada por los frailes franciscanos. La capilla se encuentra localizada en la esquina que conforma la unión del templo de San Francisco y la Catedral de Celaya y es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad.
Encontramos diversos elementos que componen el altar a Nuestra Señora de la Virgen de los Dolores, desde un primer momento se coloca en la parte central un Cristo y a un lado la imagen de la Virgen de los dolores que puede ser en estampa, pintura o escultura, muestra a María atravesada por los dolores, simbolizados por dagas o espadas, también puede ser bajo la advocación de la Virgen de la soledad, Virgen de la Piedad, o Virgen de las Angustias.
Así mismo, los vasos con agua que simbolizan las lágrimas de la Virgen, hay que mencionar, además que el agua es vida, es símbolo de la vida de Dios, de manera que se preparan diversos sabores de agua, un claro ejemplo es el agua blanca de horchata que significaba la pureza de la Virgen, el agua verde de limón que alude al dolor, puesto que es ácida y también a la esperanza de María en la Resurrección de Cristo; el agua de naranja o de melón que hace referencia al atardecer del calvario durante la crucifixión y el agua roja de sandía o de Jamaica que hace alusión a la sangre derramada por Cristo para redimir a la humanidad, en algunos otros lugares en vez de agua proporcionan nieve.
Otro elemento que encontramos en el altar son las velas (incendio), se estableció que sólo se colocaran seis velas de cera escamada, teniendo como significado despistar a los soldados que perseguían a Jesús, pues creyendo que se trataba de un incendio real, se detenían dando tiempo a Jesús de escapar y no ser aprehendido, estas se encendían al toque de las campanas de la catedral, se rezaba el rosario y se cantaba alguna composición dedicada a la Virgen acompañándose del piano o de una guitarra. Por otro lado, encontramos el elemento de los pájaros puesto que alegran con su canto a la Virgen afligida, los adornos llamativos para que la Santísima Virgen no piense en su dolor por un momento mirando los adornos.
Las macetas con cebada o cereal, la tradición dice que los cereales deben sembrarse quince días antes del viernes santo, su crecimiento simboliza la vida nueva que Jesús nos da con su muerte y resurrección, una parte de cebada se pone en el sol para que adquiera su color verde, otra, se pone en la oscuridad, para que tome un color blanco amarillenta y su tallo sea delicado y quebradizo como el corazón de la Virgen María, la cebada está asociada a la eucaristía. Además hay quienes colocan en el altar uvas para hacer referencia a la sangre de Cristo presente en el vino de la eucaristía.
Por otra parte el trigo y la chía que ambas germinadas significan el símbolo de la resurrección, la fruta como el símbolo de los bienes del reino, en donde no habrá muerte, ni llanto, ni luto, se colocan naranjas agrias que representan el corazón de María sobre ellas se insertan siete pequeñas banderitas significando que sobre el agrio y amargo sentimiento de la muerte de Cristo hay estandartes de gloria que anuncian su resurrección, estas banderitas son de papel color oro o de plata, llenando así el altar con sus brillos. El oro y la plata siempre han tenido connotaciones religiosas, en donde el oro simboliza pureza e incorruptibilidad.
Habría que mencionar que en los altares se colocaba una alfombra hecha de manzanilla resaltando su aroma fuerte. Los judíos asociaban lo verde y lo amargo, al largo cautiverio padecido en Egipto. Se coloca romero, yerbabuena y albahaca que ayudan a aliviar el dolor y eso es algo que se retomó de los pueblos indígenas
porque viene de la medicina tradicional de ahí que se coloquen. Posteriormente las flores como símbolo de alegría y de esperanza, se acostumbraba colocarlas en vasijas con claveles blancos o rojos. El blanco significa la pureza y el rojo la tragedia. También se pone una flor llamada perrito, salpicadas de morado, blanco y amarillo. Además, se ponen leticias, flores blancas y moradas muy propias para ser asociadas a la Virgen María, no obstante la flor típica de la dolorosa es el altramuz que es una flor en forma de espiga con florecitas de color morado, popularmente conocida como moco de guajolote o con otros nombres según la región.
El monograma de la Virgen y corazón traspasado que consiste en poner las letras M y A que sintetizan el nombre de María, el corazón puede estar traspasado por una o siete espadas haciendo alusión a los siete dolores de María, se pueden hacer de plata, latón o de algún otro material, o con pétalos de rosa marchita o semillas. Para recordar que la Virgen estuvo acompañando a Cristo en su pasión se pueden colocar elementos como el martillo, los clavos, la corona de espinas, el gallo, la esponja, la columna de los azotes, los dados con que jugaban los soldados, el flagelo o los azotes, la lanza, el inri y la cruz sin Cristo.
El papel picado es de uso antiguo, se coloca sobre el altar, hilos de papel de china morados y blancos, picados a mano, con una gran labor artística y que acentúa el aspecto espectacular del altar de dolores. El morado significa dolor y el blanco pureza. Apreciamos las siete frutas partidas a la mitad que pueden ser manzanas o granadas, representando los siete dolores de la Virgen que son los siguientes: el primer dolor es la profecía de Simeón, el segundo dolor la huida a Egipto, tercer dolor el niño perdido en el templo, cuarto dolor María se encuentra con Jesús camino al calvario, quinto dolor Jesús muere en la cruz, sexto dolor María recibe el cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz el séptimo dolor Jesús es colocado en el sepulcro, por último el incienso y los perfumes para honrar a cristo muerto, en espera de su resurrección. #MetroNewsMx #GuanajuatoDesconocido